miércoles, 26 de agosto de 2009

Tlacuilo

Los encargados de registrar la cultura Nahutll eran personas llamadas Tlacuilos es decir: el que escribe pintando, eran hombres y mujeres hábiles en el dibujo a quienes se adiestraba en el conocimiento profundo de la lengua y de la cultura Nahutll.

El Tlacuilo por medio de la palabra y el hacer transmiten a sus hijos el conocimiento y sus tradiciones, sabían de religión, costumbres, leyes, geografía, medidas, historia, platas, animales., Maestros del conocimiento, sabios y artistas, también eran al mismo tiempo pintores y escritores.

Lo que los Tlacuilos escribieron con pinturas en largas tiras hechas a la manera tradicional indígena de piel o papel elaborado a partir de la corteza del árbol llamado “amate”, eran doblados a manera de biombo , se les conoce como códices, se conocen tres y cada uno contienen un relato diferente:

En el primero se narra los hechos importantes de la historia Tenochca, comprendido en un periodo de 124 años que comienzan con la fundación de Tenochtitlan y termina en el año trece conejo, año de la llegada de los Españoles.

En el segundo contiene el registro de los 371 señoríos que pagaban tributo a la gran Tenochtitlan, armaduras y escudos, mantas de varias clases, tajes llenas de frijol, chia o maíz, cargas de cacao papel de amate, cantaros de miel de maguey o de abeja, maderas, panes de sal, cargas de leña copal blanco, jícaras y tecomates para beber cacao, sartas de piedras preciosas, laminas de oro de cuatro dedos de ancho, jícaras colmadas de oro en polvo, oro en forma de tejuelos, cascabeles y achuelas de cobre, turquesas labradas y en bruto o en forma de mosaicos, cueros de venado, cargas de carrizo y cargas de otates, plumas que quetzal y de otras, sacos llenos de cochinilla para teñir, pieles de ocelote, prasdos de algodón, cargas de chile seco, águilas vivas, ámbar.

En el tercero se relataba la formación de un tenochca desde su nacimiento. si era niña ya le esperaba la escoba y el malacate para hilar algodón, el sesto de la costura, a los tres años les daban en cada comida media rasión de tortilla , los padres adoctrinaban rigurosamente a sus vástagos para que nunca estuvieran de ociosos, a los 7 años, si era barón, se le empezaba enseñar el arte de la pesca y a la mujer hilado y tejido, los castigos eran fuertes, palos y punzamientos con espinas de maguey , aspirar humo de chile, dormir desnudo sobre tierra mojada, si eran mujeres de noche andar barriendo, a los 15 años las jóvenes se casan, a la misma edad los barones van al telpochcalli o al calmecac, casas de enseñanza, los jóvenes entran de novicios a los templos y atienden las necesidades del culto, traen agua y demás cosas para adornar el piso, tren leña para que nunca falte el fuego, aprenden la vida religiosa, hacen dura penitencia, los que ya son sacerdotes en la noche tocan el teponactli, y consultan la hora en las estrellas, a los mancebos que andan de vagabundos los castigaban trasquilando y quemando su cabellos con fuego, acompañan a los grandes guerreros como ayuda de armas así irán aprendiendo las artes bélicas, hacen hazañas como guerreros que escalan los grados de valentía, ocupan cargos de embajadores o gobernantes en las provincias conquistadas y si lo ameritan son nombrados jueces que dictan leyes y castigos.

Interpretes anotaron leyendas explicativas a estos códices, en lugar de pedirle a los Tlacuilos que leyeran lo que habían escritos con las imágenes, se dedicaron a interpretar toscamente los relatos, así la riqueza plástica y narrativa del códice fue quedando sepultada bajo una espesa capa de malinterpretaciones al gusto europeo y que durante siglos han servido para deformar el rico pasado Náhuatl. Desde entonces los códices se han visto como representaciones y no como lo que realmente son, pinturas que son al mismo tiempo escritura, textos escritos con imágenes.
Después de la conquista española, un grupo de indígenas registró en escritura latina la información de varios códices y anales históricos aztecas. En el Códice Matritense de la Real Academia de la Historia, al tlahcuilo se le define así:
.
Tlahcuilo: el pintor
El pintor: la tinta negra y roja,
artista, creador de cosas con el agua negra.
Diseña las cosas con el carbón, las dibuja,
prepara el color negro, lo muele, lo aplica.
El buen pintor: entendido, Dios en su corazón,
diviniza con su corazón a las cosas,
dialoga con su propio corazón.
Conoce los colores, los aplica, sombrea;
dibuja los pies, las caras,
traza las sombras, logra un perfecto acabado.
Todos los colores aplica a las cosas,
como si fuera un tolteca,
pinta los colores de todas las flores.
El mal pintor: corazón amortajado,
indignación de la gente, provoca fastidio,
engañador, siempre anda engañando.
No muestra el rostro de las cosas,
da muerte a sus colores,
mete a las cosas en la noche.
Pinta las cosas en vano,
sus creaciones son torpes, las hace al azar,
desfigura el rostro de las cosas.
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Bibliografia:
Existe un documental llamado Tlacuilo, producido y dirigido por Enrique Escalona (CIESAS, México, 1988) y basado en los estudios y publicaciones de Joaquín Galarza sobre la pictografía náhuatl. Hay un video de los Tlacuilos en Tlacuilonotariomexicano.com que muestra como era dicho oficio.

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